Monday, June 13, 2005

Actitudes Harto Odiosas de Gente Ordinaria (AHOGO) -- Parte III: ¿Qué Oyen Mis Oídos?

Bueno, esto va a ser complicado.

Hablemos de surrealismo cotidiano. Llamo así a las actitudes harto... a las AHOGO que más suelo escuchar. Comportamientos extraños, a veces carentes de sentido, a veces altamente estúpidos, a menudo hilarantes. Pero en el fondo son más actitudes harto... más AHOGO.

Según el grado de surrealismo contenido en cada caso, le asignaré más o menos Marvins , de 1 a 5.

Sí, lo habeis adivinado: es una excusa para reunir un montón de temas diferentes y que no tienen una mierda que ver unos con otros, pero que por separado tendrían poca chicha.

Vamos allá.

1: Tiro petardos y soy cool

¡Qué bonito! ¡Qué maravilloso espectáculo urbano!
Sí, amigos. Chicos jóvenes y sanos, aparentemente normales y corrientes, tirando petardos de una potencia sonora capaz de hacer que el despegue de la lanzadera espacial parezca una reunión de narcolépticos.
Y lo peor no es eso. Lo peor es la actitud de pasotismo total con la que tiran los petardos, como quien ve una teletienda de madrugada.
A ver, so gurruminos: ¿debo morir de un infarto cada vez que a vosotros os de por quemar pólvora en la calle? Es más, me atrevería a afirmar que seríais más felices si usarais el dinero que habeis robado a vuestros padres en... no sé... ir al cine... jugar a las maquinitas... comprarle algo a vuestras novias... iros de putas...
Como veis, hay muchas e interesantes posibilidades antes de gastarse el dinero en un trasto que vais a aniquilar. Pensadlo, niños.

2: El paraguas universal

Esto, más que surrealista, es un clásico hilarante de nuestra sociedad. ¿Quién no ha visto alguna vez a esas adorables abuelitas, que se ponen una bolsa de plástico en la cabeza cuando llueve?
Me gustaría ver qué harían si supieran lo que pensamos todos los demás al verlas hacer eso...

3: Muerte en el cine

Vale, lo admito. No es surrealista. El hecho de que le suene el móvil a alguien en mitad de una película y que no sólo no lo apague, sino que además inicie una conversación interminable sobre coches o la familia, sólo es odioso en grado sumo, toca los cojones y da ganas de cometer un asesinato en la sala. Masacre y Aniquilación. Ah, los viejos tiempos de la Trinca, cuando aún no habían vendido su alma por Otra Tontería...

4: Espectáculo interactivo

¡Pero esperad! ¡No nos vayamos del cine aún! En su interior ocurren cosas peores, mucho peores que una simple e inoportuna llamada de teléfono.
Por ejemplo, los niños.
No, un momento. Pido perdón. Los niños no tienen ninguna culpa. Los niños son unos santos, señoras y señores. A quien habría que crucificar públicamente sería a dos grupos:
A: Padres irresponsables que llevan al cine a sus hijos sin informarse antes de qué coño van a ir a ver, y que luego pasan de los críos y les dejan corretear arriba y abajo. O peor: si el niño, en su inocencia e ignorancia, pregunta algo a su padre... ¿creeis que este le dirá que se calle, que en el cine no se habla? Vosotros si que sois inocentes. Le dará una clase magistral. Lo he vivido.
B: Adolescentes hiperactivos, hiperhormonados e hipergilipollas, que no sé para qué coño van al cine. Juro y perjuro que una vez fui a ver una película, en la que chicos de 14 ó 15 años estaban celebrando un cumpleaños en mitad de la sala, gritando y riendo como una jauría de gremlins en celo. A todos estos sub-seres incapaces de ser conscientes de la realidad, les deseo una muerte horrible y violenta.

5: Sadismo

Imaginad que estais con unos colegas. Imaginad que os caeis al suelo y os rompeis una pierna (es una forma bastante idiota de lesionarse, lo admito). Imaginad que, mientras os retorceis de dolor, un "amigo" vuestro se acerca a vosotros. Y de pronto, ese "amigo" os empieza a tocar y a apretar exactamente en el punto donde acabais de fracturaros el hueso, todo ello al grito de "¿Te dueleeeeee?".
¿Es así de retrasado, o es que ha nacido para ser un sádico cabrón?
Es como si estuviera diciendo: "Tío, somos colegas de toda la vida, así que voy a joderte apretando en el sitio que dices que te duele y me voy a regodear en tu sufrimiento, porque sabes que en el fondo te quiero".

6: Las cámaras no se inventaron para ti

Infalible. En cuanto alguien ve una cámara de alguna cadena de televisión, no puede resistirse a salir por detrás del/a reportero/a de turno, saludando a la familia, sonriendo como un paleto y sugiriendo a sus padres que le deshereden y le expulsen de casa, por haber mancillado su apellido.

7: La tuna tunera

Otro caso que deja de ser surrealista para convertirse en patético. Sí, hijos míos. En el siglo XXI, aún existen. Y lo que es más sorprendente: aún se atreven a salir a la calle, a riesgo de ser lapidados públicamente.

8: Aparta, que soy mayor

Y yo soy más peligroso, no te jode...
No sé a vosotros, pero a mi me ocurre a veces que, estando en la calle mientras hablo con una persona, de pronto un señor mayor pasa por detrás mío y me empuja para poder pasar mejor, no sea que se desvíe de su perfecta línea recta. Y ni se gira, ni pide disculpas ni nada de nada. Claro. Empujar a esos jóvenes maleducados debe ser muy divertido.
Pero para mí es odioso. Muy odioso. Y surrealista también, porque... ¿para qué nos enseñan que debemos respetar a nuestros mayores? ¿Para recibir como recompensa el tener que soportar sus actitudes bordes sin venir a cuento y sin ninguna enfermedad mental que las justifique? Anda ya...

9: Ladrón de pacotilla

Es posible que os haya ocurrido alguna vez. Un chaval de unos 12 años se os acerca por la calle, os sigue y, sin sacar ningún arma, sin mostrar ninguna actitud ofensiva, y ni siquiera sin sacar los puños, os dice "Dame la pasta" como si os estuvieran pidiendo la hora. Si no se la dais, insiste otra vez: "Que me des la pasta". Y al volver a negaros, se marchan diciendo "A la mierda". Se van para siempre y nunca más volvereis a verles.
Así. Sin más.
Dan repelús.

10: La frase surrealista preternatural

He reservado la puntuación máxima a un hecho singular que ocurrió este año 2005.
En las estaciones del metro de Barcelona hay pantallas de televisión que emiten noticias, reportajes y curiosidades para hacer más amena la espera. Un día aparecieron imágenes de un volcán en erupción en las Islas Galápagos, las cuales puede decirse que están bastante lejos.
Hasta aquí todo bien. Nada extraño.
Pero ahí estaba ELLA. La señora. La madame. La única y genuina. Una cuarentona con marcado acento andaluz, que ante la información que proporcionaba la pantalla de televisión, no pudo si no proclamar a los cuatro vientos una frase que quedará grabada en mi memoria hasta el día que muera:

"¡Joé! ¡No tenemoh bahtante con la ola 'frío y ahora vienen loh vorcanes!"

Ahora más que nunca...

EL HORROR...

No sé de qué hablaré en la próxima entrega. Sorprenderé. Supongo. O no. O sea, o no supongo. Yo ya me entiendo. Que si.

3 Comments:

Blogger Koopa said...

Pse, siempre podria ser peor (Y lo del cine no he vivido, pero me se de experiencias bastante problemáticas). Esperaré la siguiente entrega

12:51 PM  
Blogger Daniel Muñoz Vera said...

Empiezo a preguntarme si este hombre se molesta en leer mis posts, o sólo ojea palabra si, palabra no.

Por no mencionar su preocupante obsesión con el suicidio...

2:33 PM  
Blogger Kronossf said...

Vaya, debí revisar todos los comentarios en su momento y ver que no soy el único que sufre de "Shimartitis"... la mía es aguda y no se la deseo a nadie, pasé directamente a la fase... "pues lo mato yo mismo" aunque sea a base de risas y acabé en la fase... "se va a cagar encima" Con amplias expectativas de que concluya el mismo el trabajo) cuando le llegue la citación del juez.

En fín. Muy acertados tus comentarios; ¿Que hariamos sin sentido del humor?

Repelús es idóneo para definir al ladrón de pacotilla.

8:34 PM  

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